La instructora Lisbeth Cedeño, responsable del triunfo de Carabobo en la competencia de Clase Colectiva de Actividad Física y Recreativa para el Adulto Mayor de los III Juegos Deportivos Nacionales Comunales 2025, reveló la historia personal detrás del oro: un renacer como el ave fénix que la convirtió en «dadora de vida» para los adultos mayores.
Su vínculo con el deporte nació de la necesidad. Tras sufrir calambres nocturnos y recibir el diagnóstico médico de que requería ejercicio, encontró en la actividad física su sanación.
Corazón deportivo
«Llegué al deporte y decidí más nunca salir. Soy operada del corazón, sufro de estrés, y para mí esto ha sido mi vida, mi renacer, perfecto como el ave fénix que renace de la ceniza», confesó la instructora.
Trabajar con adultos mayores se convirtió en su misión, pues «en cada uno veo a mi papá, a mis abuelos que ya no tengo».
«Soy dadora de vida», afirmó Cedeño, quien como coordinadora del municipio Guacara vistió los colores de Carabobo con orgullo.»Hoy no viene la carabobeña, vienen todos los abuelos del estado», subrayó al explicar que su rol trasciende lo individual.
Bajo las piedras
Al confirmarse que los adultos mayores tendríamos participación en los Juegos Comunales, Cedeño inició la búsqueda por todo el estado a los actuales campeones de la justa deportiva comunitaria.
Recorrió las poblaciones de Vigirima, Yagua, El Samán y Ciudad Alianza y no descansó en su cruzada deportiva hasta conformar el equipo de adultos mayores del estado industrial.
«Decidí buscar abuelo por abuelo, bajo las piedras. Siempre les dije: ‘Yo voy a Mérida, tú vas’. Ellos nunca dudaron», recordó sobre el proceso.
Festival de vida
La competencia, aunque evaluada con rigurosidad técnica, fue para ella un festival de vida.
Explicó que la preparación incluyó expresión corporal y vestuario, transformando el evento en un espectáculo. «Esto es un show, una experiencia única, épica, colosal. El día que se escriba el libro del adulto mayor, nosotros estaremos allí, porque somos historia», abundó.
Cerró con un mensaje inspirador sobre el significado profundo del triunfo. «Más que una competencia, es ser feliz, disfrutar la vida. No existe ni edad, ni tiempo, ni límite para ser lo que uno quiere«, concluyó.
Felipe Ramirez / Prensa Mindeporte
Fotografía: Fausto Torrealba








