El viejo e inescrutable némesis de la espada venezolana reapareció en el Mundial de Tiflis, Georgia, en el tablón de los mejores ocho equipos para dejar 45-24 a Rubén Limardo, sus hermanos Francisco y Jesús, y a Grabiel Lugo sin posibilidades de regresar al podio y repetir al menos el bronce que conquistaron hace dos años en la máxima cita de Milán, Italia.
Hungría y su escuela de tiradores defensivos, que saben medir con precisión milimétrica cada golpe del hierro para bloquear y contraatacar sin tregua, implacables en sus estocadas de largo alcance, de nuevo se atravesó en el camino de los espadistas nacionales, como lo viene haciendo desde los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, para negarles el triunfo y la gloria en la pedana.
Dos victorias
En la primera jornada del martes, el equipo de espada nacional había derrotado sin apremios 45-38 a Sudáfrica, con una gran actuación de Jesús que consiguió 14 toques para comandar este primer triunfo en la ronda de 32.
Después hubo más sufrimiento ante Israel, con el que ya había perdido 26-45 en marzo pasado en la Copa del Mundo de Marruecos. Como de costumbre, Rubén vino al rescante del equipo.
Con el marcador igualado a 23 tocados, el campeón olímpico y doble subcampeón mundial hizo gala de su sapiencia para dominar 6-5 a Yonatan Cohen, conseguir el punto decisivo 29-28 y asegurar pase a octavos donde aguardaba con su hierro afilado la temible tropa magiar.
Incordio húngaro
Los siete veces campeones del mundo en por equipo y ocho en individual desde que el gran József Sákovics puso fin a la hegemonía francesa e italiana en la espada, al ganar oro en el Mundial de Bélgica 1953, han sido un incordio para los venezolanos en todas las competencias olímpicas y mundialistas, y no fue distinto en esta nueva cita.
En Beijing, Silvio Fernández sufrió las estocadas (15-8) de Gábor Boszko, que luego en compañía de Géza Imre e Iván Kovács también derrotaron 40-25 a Silvio, Rubén y Francisco Limardo en la lucha por el quinto lugar del torneo en por equipo.
Venezuela había sacudido el dominio magiar precisamente hace dos años en el Mundial de Milán, cuando después de muchos reveses ganaron 21-20 a Hungría el combate de cuartos de final para quedarse con la histórica presea de bronce del equipo de espada masculino
Ventaja irremontable
Pero el duelo de este miércoles, Hungría exhibió una notable superioridad desde el primer desafío en el que Rubén cedió 1-3 ante Zsombor Keszthelyi. El campeón mundial de Milán, Mate Koch, tampoco dio tregua al superar 5-3 a Lugo en el tercer combate, y la diferencia se tornó irremontable una vez que Gergely Siklosi doblegó 0-6 al mismo Lugo para colocar la pizarra 27-13 a favor de los magiares.
En el último combate ya todo estaba dicho, y no había manera de que Rubén volviera a usar el traje de superhéroe del equipo. También cayó 5-2 ante Siklosi que finalmente apeó 45-24 a los tiradores criollos de la competencia por las medallas.
En la pelea por el quinto lugar Venezuela cayó 33-30 ante Dinamarca y luego cedió 45-33 ante Suiza para culminar en el octavo puesto.
Doblete nipón
El oro quedó en poder de los tiradores de Japón, la nueva potencia en la espada masculina, que comandada por el también medalla dorada en individual, Kano Koki, derrotó 45-35 a Hungría. La presea de bronce fue para la sorprendente Kazajistán que había vencido 45-43 a Italia en cuartos, cedió en semifinales 42-41 ante los nipones y luego derrotó 45-31 a Francia en el choque por el tercer puesto.
Para la espada masculina nacional queda el consuelo de culminar en el octavo lugar del torneo, se mantiene como el mejor equipo de espada del continente americano, y sigue encaminada a clasificar para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, donde irá por otra revancha ante los magiares.
Gerardo Blanco / Prensa Mindeporte
Foto: Archivo Federación Internacional de Esgrima